domingo, 24 de abril de 2011

Crìtica de Libros: La fiesta del chivo de Mario Vargas Llosa


La Gaceta Literariia; La Gaceta de Tucumán
Urania, el generalísimo y una inigualable novela de dictador
Domingo 24 de Abril de 2011 | Pluralidad de voces que polemizan sobre la verdad, con la muerte de Trujillo como telón
Novela
La fiesta del Chivo
MARIO VARGAS LLOSA
(Alfaguara - Buenos Aires)

Esta reedición es una excelente ocasión para repensar "la narrativa de dictador", un modelo de larga tradición dentro de la literatura latinoamericana, y uno de cuyos exponentes es El señor presidente, de Miguel Ángel Asturias. Una anécdota cuenta que Carlos Fuentes propuso armar una suerte de mapa de los dictadores latinoamericanos. El desafío habría sido recogido por Gabriel García Márquez (El otoño del patriarca), Augusto Roa Bastos (Yo, El Supremo), Alejo Carpentier (El recurso del método) y otros. La fiesta del Chivo es la segunda "novela de dictador" de Vargas Llosa. La primera -Conversación en la catedral- está centrada en la dictadura de Manuel Odría en el Perú.
La fiesta del Chivo se centra en Rafael Trujillo, el mítico dictador dominicano que se mantuvo más de 30 años en el poder, hasta que fue asesinado en 1961. Vargas Llosa parte de los momentos previos a la muerte del dictador a partir de tres historias: la de Urania, que regresa al país; el relato de Trujillo y el de los conspiradores.
La escritura escenifica la contradictoria y heterogénea trama que secretó la figura del tirano. Urania, la hija de uno de sus colaboradores más cercanos, encarna la tragedia de la mujer ultrajada y su narración nos permite asistir a la representación del poder desde una mirada ingenua que va cambiando. Desde un presente de exiliada, su memorioso relato se dirige a las mujeres sobrevivientes de la familia y a su anciano y enfermo padre. La historia de Urania da inicio y término a la obra, en el mismo espacio, el Hotel Jaragua.

El "macho cabrío"
La biografía de Trujillo se devana desde el presente de la vejez y la proximidad de una muerte anunciada. El personaje que comparte muchas de la notas del patriarca de García Márquez, maneja su país con total discrecionalidad, lleva adelante una modernización brutal avalado por la obediencia ciega. Trujillo ha producido una ingente literatura, por ejemplo las novelas En el tiempo de las mariposas, de Julia Álvarez (1994), y La maravillosa vida breve de Oscar Wao, de Junot Díaz (2007).
Su origen mulato explica su odio a los haitianos, cuya migración corta de raíz en la que fue denominada "la matanza del río Masacre". Su larga familia comprende hermanos e hijos, una devoción sin igual por la madre y una alianza inescrupulosa con la esposa. El cuerpo del dictador logra un espesor fascinante e insiste en la devastación de una masculinidad basada en el imperio de la fuerza en la batalla y en la cama. Su incontrolable apetito sexual le ganó el apodo de "El Chivo", por la alusión explícita a "macho cabrío". Los férreos rituales del anciano buscan asegurarse que nada cambiará y que sigue siendo el Jefe, el que controla el mapa y la historia.
Algunos ex colaboradores, hastiados de los excesos del "Padre de la Patria", se conjuran para matarle, convencidos que así van hacia su propia muerte. Uno de ellos, Antonio de la Maza, piensa en la relación con el dictador: "Era algo más sutil e indefinible que el miedo: esa parálisis, el adormecimiento de la voluntad, del raciocinio y del libre albedrío que aquel personajillo acicalado hasta el ridículo, de vocecilla aflautada y ojos de hipnotizador, ejercía sobre los dominicanos".
El cambio democrático se hace bajo la tutela de los Estados Unidos y lleva a la presidencia a un colaborador de Trujillo, a dos años de la revolución cubana. El éxito de la conspiración desata la matanza encabezada por los siniestros y crueles hijos de Trujillo, Radhamés y Ramfis, y acaba con todos los implicados.
La narración apela a la memoria para armar un relato donde los distintos enunciados se enfrentan, polemizando por la verdad. Considera al relato histórico un "artefacto literario" y pone al sujeto en el centro del texto.
La fiesta del Chivo es una "morada de voces enfrentadas" y, al mismo tiempo, una eficaz escenificación que se apoya en el mito para destruirlo.
© LA GACETA

Carmen Perilli

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