jueves, 9 de mayo de 2013

Territorios de la memoria y el olvido. Carmen Perilli

istoria y Literatura en América Latina




Carmen Perilli

La Gaceta Literaria en La Gaceta de Tucumán





Los comienzos del siglo XXI enfrentan nociones tradicionales de historia y literatura, así como concepciones de ficción y realidad. La Historia se reescribe en la literatura en nuevos recorridos que problematizan las representaciones culturales, poniendo en evidencia su carácter retórico. La ficción trabaja con la teoría- teoría de la literatura y teoría de la historia-; se transforma en sociología y/o antropología de imaginarios, rompe con la linealidad histórica y abre espacios a la voz y la imagen. A la historia disciplinaria se agregan otras fuentes: la historia oral y la crónica, ligadas a la inmediatez del acontecimiento. La institución literaria se estremece, las fronteras se corren y aparecen nuevos horizontes de lecturas y escrituras. El escritor puede trabajar con y contra los materiales del “escribidor” o refugiarse en “las fulguraciones” de una letra transformada en cuerpo. “Narrar no consiste en copiar lo real sino en inventarlo, en construir imágenes históricamente verosímiles de ese material privado de signo que, gracias a su transformación por medio de la construcción narrativa, podrá al fin, incorporado en una coherencia nueva, significar” . La cercanía de la fábula literaria a la fábula histórica arroja al lector en el debate de la verdad y sus escrituras. Augusto Roa Bastos en el prólogo a La vigilia del almirante señala: "Este es un relato de ficción impura o mixta, oscilante entre la realidad de la fábula y la fábula de la historia. Su visión y cosmovisión son las de un mestizo de "dos mundos", de dos historias que se contradicen y se niegan. Es por tanto una obra heterodoxa, ahistórica, acaso anti-histórica, anti-maniquea, lejos de la parodia y del pastiche, del anatema y de la hagiografía" . Los narradores buscan los relatos con los que se imaginan las sociedades; critican despiadadamente las identidades nacionales . La literatura apela al arte de lo mínimo al que Tununa Mercado define como ”capacidad de llevar el discurso elocuente de la pareja, del juego, del transcurso (que es infinitud ) de conducir toda una dialéctica y con toda la ambición que esto implica, a una simple cuenta de hilos. El prodigio: hacer (decir) lo más con lo menos” . Las tensiones entre utopía, epopeya y mito cambian; la alegoría que desplaza a la metáfora; los fragmentos a las totalizaciones; tenues líneas se tienden entre lo real y lo irreal. Las profundas modificaciones sufridas por la literatura y la historia dejan atrás clasificaciones como las de “novela histórica”; la representación se viste de distintos disfraces genéricos- la crónica, la poesía, el teatro. La parodia del relato heroico cede a la historia de la vida cotidiana.Margo Glantz escribe sobre La amoroso inclinaciòn a enredarse en los cabellos . José Donoso en Casa de campo alegoriza la historia contemporánea de Chile a través de una historia de familia. Carlos Fuentes en Terra Nostra enfrenta una imposibilidad: la de la historia en un tiempo sometido a la eternidad. Las historias de mujeres,rescatada tonos “menores” polemiza desde una palabra política que afecta el mundo privado así como las fábulas de género. Ángeles Mastretta, Alicia Yañez Cossío, Ángela Abreu y Elena Poniatowska emplean fórmulas, discursos; canciones o recetas de cocina y reclaman el poder de interpretar usando saberes otros. Los textos plasman antropologías de lo cercano y de lo lejano que escudriña otros tiempos y otros espacios como Homero Aridjis, Carmen Boullosa¸ María Negroni y Ángela Abreu y auscultan la trama de nuestras sociedades como Ana María del Río y Tomás Eloy Martínez. Sergio Ramírez usa un caso policial para dar cuenta de la modernidad centroamericana; Fernando Vallejo un prontuario para adentrarse en el Medellín actual; Héctor Aguilar Camín el relato periodístico insistiendo en las tensiones entre poder y discursos. Su personaje Sala, el director, le dice a Vigil historiador/periodista/novelista:- como el mismo autor. “El periodismo no es más que la historia instantánea del pasado que pasa, Carlos. No me diga que un historiador puede renunciar a ese espectáculo” . La literatura abandona la función documental a la producción testimonial y reivindica la libertad de cartografiar imaginarios, deteniéndose en los castillos de la palabra. Porque, como dice Jerónimo de Aguilar personaje del soldado Bernal y del escritor Fuentes en América hay “un perpetuo reinicio de historias perpetuamente inacabadas, pero sólo a condición de que las presida, como en el cuento maya de los Dioses de los Cielos y de la Tierra, la palabra”

Adriana Varejão, Contingente, 2000 Cortesía de Victoria Miro Gallery, Londres

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