martes, 7 de mayo de 2013

Adriana Varejao Una artista fuera de centro.Por Ana María Batistozzi


Desde el título mismo de la muestra de Adriana Varejao en el Malba se advierteque la suya es una poética deliberadamente excéntrica y fuera del canonmoderno.

Todo comenzó en OuroPreto, ese sitio misteriosamente ligado por una carta y una estampilla a laregión borgeana de Tlön. En 1987 Adriana Varejão tenía 22 años y por esasextrañas coincidencias leía a Borges cuando llegó por primera vez a allí.“Quedé en éxtasis con las iglesias barrocas y las laderas de paralelepípedos”,confesó al curador de su retrospectiva Adriano Pedrosa. “No conocía la iconografíacatólica. Cuando entré en una iglesia vi aquelcarnerito, los santos y como no podía leer esos símbolos todo partió hacia ellado de la materia”. Este breve relato podría ser un buen punto de partida paraaproximarse al conjunto de la obra de esta artista que se exhibe en el Malba.

Años más tarde, la encontré en San Pablo, dando losúltimos toques a La extirpación del mal, la serie que presentó en la Bienal de1994 de la que se exhiben aquí dos piezas: “Extirpación del mal por incisura” y“Extirpación del mal por revulsión”. Esa serie –me explicó entonces– se habíainspirado en imágenes de diablos de la iglesia del Convento de San Francisco,en Bahía, que mostraban inquietantes incisiones y roturas, como si hubieransido parcialmente arrancadas. La artista profundizó en esas pinturas la idea de“superficie herida” que ya había aparecido en su “Cuadro herido” de 1992. Yasimiló las imágenes de los azulejos a una piel tatuada con una marca imposiblede borrar.

La serie generaba así una narrativa dramática que erainscripta en el cuerpo mismo de la pintura.

Suprimirla implicaba una herida y, como consecuencia,un ataque a ese cuerpo que respondía con una expansión en el espacio. Ladimensión carnal de su pintura irrumpía como un crimen imposible de ocultar. Lapintura de Varejão salía así del plano y asumía un volumen. Este fue uno de losprimeros datos de originalidad en la obra de la joven artista que causó mayorimpacto y, de algún modo se encontraba en sintonía con la dinámica objetualpropia de los años 90. Asociar la superficie del cuadro a una piel y el cuadromismo a un cuerpo, como hemos dicho, no era nuevo en la producción de laartista. Pero resolvía una cuestión de índole conceptual: la bidimensionalidaddel plano como problema en el marco de una crítica más general de la cultura.

Por ese rumbo, su obra se fue complejizando ensucesivas series que alumbraron cruces entre el imaginario barroco de Brasil,Portugal y China, el cuerpo y el género oportunamente combinado y desmontadocríticamente desde la naturaleza leve o escultórica de su pintura. Varejão, quea menudo se representa a sí misma en los personajes de sus obras, es unaartista que evidentemente puede hacer gala de un registro amplio de posibilidades.Desentendida del principio moderno de originalidad, sus pinturas puedenreproducir tanto un detalle de azulejo barroco, como una porcelana, un panel oun manuscrito chino o un dibujo de viajero del siglo XVI.

Los azulejos operan también como una contra-versión dela grilla moderna. Ese esquema compositivo estructurado en base a un cruce deortogonales, desde el constructivismo y el neoplasticismo, remite el orden dela utopía moderna. Considerada como una expresión del principio de racionalidad,la grilla es subvertida por Varejão desde la exuberancia de sus imágenes sobrela superficie y desde lo inquietante de algo en su interior que se asume porfuera de la razón europea.

Curada por el teórico Adriano Pedrosa, la muestra del Malba se organiza comoretrospectiva, des plegando de manera cronológica las series másrepresentativas de la producción de la artista desde comienzos de los 90. Entreellas Terra incógnita, Proposta para uma catequese, Acadêmicos, Irezumis,Línguas e Incisões, Ruínas de charque, Mares y Azulejos, Saunas y la másreciente Pratos, con que cierra la muestra y, a juicio de quien escribe, es lamenos interesante de todas.

El conjunto, unas cuarenta piezas, en su mayor partepropiedad de coleccionistas privados, tiene la virtud de reunir obras que no sehabían visto públicamente desde que aparecieron por primera vez.

Tal el caso de la recordada instalación pictórica“Reflexo do sonhos no sonho de outro espelho”, que Varejão presentó en la 24Bienal de San Pablo en 1998.

En aquella edición, que tuvo como tema central elconcepto de Antropofagia, fundante de la cultura brasileña, Varejão presentóuna instalación pictórica que era una suerte de deconstrucción de una de laspinturas académicas más conocidas del Brasil. La referencia era el “Tiradentesdescuartizado” de Pedro Américo que, como las pinturas de Antonio Parreiras yAurelio Figueiredos que tratan el mismo tema, representa al mártir con elcuerpo entero. Varejão, en cambio, eligió abordar la instancia del cuerpodespedazado y diseminarlo en cada pintura de su instalación.

La tensión entre el efecto exquisito de la facturaacadémica y la terrible escena sintonizaba con una estética y una problemáticadel cuerpo, propia de esos años que en nuestro país tuvo un exponente afín en DanielGarcía.

Pero la producción de Varejão recorre un registro másamplio.

Tiene momentos de un extremo refinamiento, como en lasdelicadas “chinoiserie” de Terra incógnita y momentos de desbordes pictóricosexcesivos que han llevado a que la artista reclute tantos seguidores comodetractores. La obra de Varejão emerge a fines de los 80 y comienzos de los 90,en un momento en que la escena artística latinoamericana y mundial se empeñó enuna revisión crítica de la razón moderna. Desde esa perspectiva apunta elsentido de Historias en los márgenes, el título de la exhibición, que buscaubicar a Varejão fuera del centro y el canon moderno. En ese sentido podríadecirse que su poética es deliberadamente excéntrica.



Varejão Básico. Rio de Janeiro, artista plástica.El suyo es uno de los nombres brasileños más conocidos en el panorama del artecontemporáneo internacional, con obras en las colecciones de instituciones comoel Museo Guggenheim de Nueva York, la Tate Modern de Londres y la FondationCartier de París. Participó de casi cien exposiciones entre individuales ycolectivas, entre las cuales se destacan las Bienales de Estambul (2011),Liverpool (2006), Mercosur (2005), Praga (2003), Johannesburgo, Africa del Sur(1995).

Link

http://www.revistaenie.clarin.com/arte/Adriana-Varejao-artista-centro_0_904709562.html




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