miércoles, 14 de diciembre de 2011

Diez mujeres de Marcela Serrano por Carmen Perilli

la gaceta literaria
Mujeres salvadas por la complicidad y el lenguaje, en clave de Mujercitas
Domingo 11 de Diciembre de 2011 | La obra que encabeza los rankings se debate entre el folletín amoroso y el manual de autoayuda. Carmen Perilli.

Las novelas escritas por mujeres en las últimas décadas del siglo XX trazan geografías recurrentes: señoras, casas, alcoba, sombra, palabra, silencio, deseos, espíritus, sueños, amores. Estas narraciones de mujeres sobre mujeres suelen centrarse en cuerpos y voces y levantan un continente de "gritos y susurros", en el que se busca genealogías e inventan identidades.
El relato maestro es indudablemente Mujercitas, de Louise May Alcott, publicado a fines del siglo XIX. Cuatro jovencitas bajo la tutela de la su madre que, durante la guerra civil estadounidense, se inician sentimental e intelectualmente. Las cuatros figuras proveen modelos distintos de mujer, con escasos rasgos transgresores, con los cuales se identificaron millones de niñas y de jovencitas: La bella, la buena, la intelectual, la coqueta. Aisladas, aprenden junto a su madre las amarguras y los encantos del desarrollo.
Marcela Serrano apela a la fórmula de Alcott e intenta mostrar las historias de diez personajes que se salvan por la complicidad y el lenguaje. Se podría decir que sus libros son variantes contemporáneas degradadas de Mujercitas. Sin embargo, los problemas de las mujeres se reducen a cuestiones de amor aunque condimentadas por la historia. Las protagonistas mejor delineadas son las que pertenecen a la misma clase que la escritora. Serrano insiste en el camino que le dio resultados de ventas como Nos habíamos amado tanto y El albergue de las mujeres tristes.
En una casa en las afueras de Santiago se reúnen las diez pacientes de Natasha, una altruista psiquiatra. Los tópicos se reiteran: la enfermedad, el desamor, la victimización, la solidaridad entre mujeres. Lejos de eludir el melodrama, la trama se sumerge en sus pantanosas aguas. El striptease emocional no logra conmover y carece de todo humor, ni siquiera reúne la eficacia de los folletines que hacen del llanto un placer.
Serrano no se priva de golpes bajos y construye un mundo maniqueo, donde ronda el fantasma del eterno femenino, la creencia de una esencia. Una vez más la psiquiatra ofrece un paraíso de curación de las mujeres. Diez mujeres mezcla el manual de autoayuda y el folletín amoroso. Uno de esos productos de mercado que triunfan sobre la base de la reproducción de un imaginario que aparece una y otra vez en las telenovelas. © LA GACETA

No hay comentarios:

Publicar un comentario