sábado, 12 de marzo de 2011

Muy buena nota de Ivonne Bordelois

El discurso de Vargas Llosa en la Feria
Ivonne Bordelois
Para LA NACION
Sábado 12 de marzo de 2011 | Publicado en edición impresaComentá (57) Compartir
LEO con sorpresa, en un medio de vasta circulación, que Mario Vargas Llosa ha decidido cambiar el contenido de su discurso en la Feria del Libro, para pasar de lo literario a lo político. Vargas Llosa dice que en la Argentina de Videla fueron censurados dos de sus libros, y ahora se encuentra en una situación similar. Por lo tanto, su discurso se orientará, políticamente, a favor de la liberad de prensa.

Pienso que uno de los peores flagelos que puede sufrir un escritor excelente es el de recibir el Premio Nobel, y se me ocurre que Mario Vargas Llosa ya lo está experimentando. De todas maneras, nadie es inocente aquí: para recibir el Premio Nobel hay que pasar por numerosas instancias nacionales e internacionales, reverenciar poderes editoriales y demás. Después, viene el Lanzarote de Saramago: es decir, cómo implementar la huida. Pero Vargas Llosa todavía no está allí. Providencialmente, Jorge Luis Borges se salvó. Y aun así, decía Cioran sobre él: "La desgracia de ser conocido se ha abatido sobre él. Merecía una mejor suerte..."

He dicho alguna vez, y no me desdigo, que Vargas Llosa me parece un excelente escritor (un sufragio universal), pero también que me resulta un excelente escritor latinoamericano. He dicho esto porque me parece que no sólo en su temática - Conversación en La Catedral , Los cachorros , La fiesta del chivo , La guerra del fin del mundo - él afrontó temas del dolor y la violencia que aquejan en particular a nuestra América latina, sino porque pienso que su tono, su enfrentamiento, su actitud vital, nunca desdicen de cierta elegancia de matriz hispánica, pero matizada de una ironía y vivacidad muy nuestra, en la cual me complace intensamente poder reconocerme.

Para dar un solo ejemplo, hay un libro de él -probablemente, el menos leído- que, como lingüista, me ha deslumbrado en particular: El hablador . Es una hazaña de fusión entre narración e investigación antropológica, una aventura de inmersión en las raíces de la otredad, una reverencia ritual ante las sabidurías indígenas que hemos estúpidamente ignorado todos los latinoamericanos si excepción, intelectuales o no, progresistas o no.

Por estas razones, el que ahora Vargas Llosa haya decidido arremeter públicamente contra una fracasada operación de censura en nuestro país me aflige sobremanera. Donde manda capitana no manda marinero. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner -a quien no adhiero específicamente- impartió una clara y terminante orden de retirada a Horacio González, director de la Biblioteca Nacional, en relación con su carta, en la que se instaba a autoridades de la Feria del Libro a anular la invitación a Vargas Llosa para inaugurar la Feria.

Horacio González, que respalda al grupo de intelectuales kirchneristas Carta Abierta, merece mi respeto, si bien representa una postura política a la que nunca adheriría. Sin ir más lejos, en la Feria de Fráncfort de 2010, su ponencia sobre Lugones, superando con mucho los lugares comunes acerca de este autor indispensable, mostró su evidente capacidad de intuición literaria y empatía humana con uno de los escritores más discutibles de nuestra literatura. Debe de haberle sido difícil acatar el razonable mandato emanado de esferas superiores, pero lo hizo. Y lo que cuenta es que la democracia ha prevalecido. Solamente un torero desubicado lo ignoraría.

Por su parte, Cristina Fernández de Kirchner ha sido calificada por Mario Vargas Llosa como un desastre total para nuestro país. Según el reciente Nobel, la Argentina ha desaparecido como país durante el gobierno de los Kirchner. Es duro pensar que un país que produce a gente como Daniel Barenboim o Beatriz Sarlo le merezca a un escritor peruano de bien ganada gloria estas reacciones.

Quizá sea hora para él de revaluar sus palabras y dar acaso a una presidenta democráticamente elegida el inteligente reconocimiento que merecen, por esta vez, la inteligencia y elegancia de su gesto.

© La Nacion

La autora es lingüista, ensayista y poeta. ?Entre otros libros, escribió La palabra amenazada

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