domingo, 27 de marzo de 2011

Material sobre Rafael Leónidas Trujillo

Rafael Leónidas Trujillo Molina (San Cristóbal, 24 de octubre de 1891 - Ciudad Trujillo, 30 de mayo de 1961) fue un militar y político dominicano. Dictador del país como generalísimo del Ejército, gobernó desde 1930 hasta su ajusticiamiento en 1961.[1] Ejerció la presidencia de la República Dominicana entre los periodos 1930-1938 y 1942-1952. Gobernando de forma indirecta durante los periodos 1938-1942 y 1952-1961, valiéndose de presidentes títeres.

Conocido como "El Jefe", su tiranía históricamente conocida como la Era de Trujillo es considerada una de las más sangrientas del siglo XX. Estuvo caracterizada por el anticomunismo, la represión de toda oposición y por el culto a la personalidad. Sus defensores destacan como aspectos positivos del régimen la restauración del orden público y el progreso económico del país.

Trujillo decidió el genocidio de miles de haitianos que vivían en la zona fronteriza y luego acordó con el presidente haitiano Sténio Vincent indemnizarlo por cada haitiano asesinado. Más de 30.000 personas perdieron la vida y otros tantos se exiliaron durante su gestión, en la que fueron asesinadas las hermanas Mirabal.

Trujillo prestó especial atención a mejorar las Fuerzas Armadas. El personal militar recibió generosa paga y beneficios bajo su gobierno y amplió sus filas, así como los inventarios de equipo. Trujillo mantuvo el control sobre el cuerpo de oficiales a través del miedo, el clientelismo y la frecuente rotación de tareas, que inhibió el desarrollo de sus seguidores personales.

El establecimiento del monopolio del Estado sobre todas las empresas importantes en el país trajo riquezas a través de la manipulación de los precios y malversación de fondos de Trujillo.

Durante 31 años, todos los estamentos del Estado funcionaban sin ninguna "violación". Toda tortura o condena era borrada, negada. Una muerte era encubierta en un accidente o sus supuestos autores encarcelados
Asesinato
Emboscada y asesinatoEl 30 de mayo de 1961, en la carretera Santo Domingo - San Cristóbal, el auto en el que viajaba Trujillo, fue ametrallado en una emboscada urdida por Modesto Díaz, Salvador Estrella Sadhalá, Antonio de la Maza, Amado García Guerrero, Manuel Cáceres Michel («Tunti»), Juan Tomás Díaz, Roberto Pastoriza, Luis Amiama Tió, Antonio Imbert Barrera, Pedro Livio Cedeño y Huáscar Tejeda. Recibió más de 60 impactos de balas de diversos calibres, de los cuales siete dieron en su cuerpo causándole la muerte; su chofer Zacarías de la Cruz recibió varios impactos, pero no perdió la vida, aunque los ajusticiadores lo dieron por muerto. Video Muerte de Trujillo

Las armas proporcionadas por la CIA habían sido ocultadas por Simon Thomas Stocker, ciudadano estadounidense, contactado por la CIA bajo el nombre en clave de «Héctor» y residente en la República Dominicana desde 1942. Stocker rehusó la remuneración de la CIA por sus esfuerzos, aduciendo su convicción moral. Las armas fueron ocultadas por más de dos meses, a riesgo personal y de su familia, dentro de un armario pequeño en su estudio, en su residencia privada, ya demolida, ubicada en un solar en el lado del sur de la avenida Independencia, próximo a la avenida Principal Máximo Gómez.

Algunas afirmaron que dichas armas nunca llegaron a las manos de los organizadores del ajusticiamiento del dictador, debido la supuesta falta de una autorización explícita de la CIA para su entrega. Esta opinión fue contradicha por testimonios de viva voz, emitidos por Stocker a familiares y personas de confianza, afirmando que las armas fueron entregadas por él a un dominicano, después de haberlas ocultado en su propiedad por unos tres meses, según su relato de confirmada veracidad. No obstante, esa versión fue negada por el único sobreviviente del ajusticiamiento, el general Imbert Barreras.

Algunos analistas mencionan que el interés de Estados Unidos en acabar con Trujillo se debió a que la represión de su gobierno podría traer una revolución a República Dominicana, de forma similar a la revolución cubana, consecuencia fundamental del total rechazo del pueblo cubano al gobierno dictatorial del presidente Fulgencio Batista.

La familia trató de huir con el cuerpo de Trujillo en su barco «Angelita», pero fueron capturados. Su funeral, realizado el 2 de junio del mismo año, fue el de un estadista, con una larga procesión desde el Palacio Nacional hasta la localidad de San Cristóbal, donde fue enterrado su cuerpo. Miles de personas de todos los estratos sociales desfilaron ante el féretro que contenía los restos de Trujillo. El entonces presidente Joaquín Balaguer dio el discurso laudatorio, la parte más recordada de dicho discurso es:

...El momento es pues propicio para que juremos sobre estas reliquias amadas que defenderemos su memoria y que seremos fieles a sus consignas manteniendo la unidad. Querido jefe, hasta luego. Tus hijos espirituales, veteranos de las campañas que libraste durante más de 30 años, miraremos hacia tu sepulcro como un símbolo enhiesto y no omitiremos medios para impedir que se extinga la llama que tú encendiste en los altares de la República y en el alma de todos los dominicanos.
Después de esto, el pueblo votó a favor para que la familia Trujillo saliera del país, por lo que Ramfis Trujillo, tuvo que sacar el cuerpo de su padre del país. Trujillo fue enterrado en París, en el Cementerio del Père-Lachaise, a petición de sus familiares.

En 2009 hubo mucha controversia en la República Dominicana en el aniversario 48 de su muerte. Se habló de trasladar los restos de Trujillo a la RD, especificamente junto con los héroes nacionales. La mayoría de las personas se opusieron firmemente a esta idea.

Actualmente los restos de Trujillo se encuentran en un cementerio de la pequeña comunidad de El Pardo, a 25 minutos de Madrid en España. Cementerio que está muy por debajo de las características de los demás cementerios madrileños, y una tumba que probablemente no se asemeja en nada a aquella mandada a construir por el dictador en su natal San Cristóbal en los años 50.

[editar] RepresaliaVarias horas después de la muerte de Rafael Trujillo, su hijo Ramfis Trujillo, quien se encontraba en París, alquiló un avión y regresó a Santo Domingo en las primeras horas del miércoles 31 de mayo, poniéndose de inmediato al frente de la situación y convirtiéndose en el hombre fuerte del país aunque Joaquín Balaguer seguía formalmente al frente de la presidencia. El Servicio de Inteligencia Militar (SIM), y todos los servicios de seguridad del estado realizaron amplias redadas en todos los sectores de la ciudad buscando a los ajusticiadores.

El 2 de junio de 1961 agentes del SIM irrumpieron en la casa del teniente Amado García Guerrero donde lo asesinaron de varios disparos de ametralladoras. El 4 de junio de ese mismo año fueron asesinados otros dos ajusticiadores, Juan Tomás Díaz y Antonio de la Maza. El 10 de junio fue apresado y torturado el general José René Román Fernández («Pupo») quien fungía como secretario de las Fuerzas Armadas de la dictadura, ya que se descubrió que éste estaba vinculado al ajusticiaminto de Trujillo. El 18 de noviembre fueron capturados Roberto Rafael Pastoriza Neret, Pedro Livio Cedeño Herrera, Luis Salvador Estrella Sadhalá, Modesto Díaz Quezada, Huáscar Antonio Tejeda Pimentel y Luis Manuel Cáceres Michel («Tunti»). Fueron llevados a la «Hacienda María» en San Cristóbal, donde fueron fusilados por órdenes de Ramfis Trujillo.

Poco después, por presiones internacionales Ramfis y su familia abandonan el país

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