domingo, 20 de diciembre de 2009

A propósito de "Cine" de Juan Martini

Juan Martini, Cine, Buenos Aires: Eterna Cadencia Editora, 2009-.

El recurso a la imagen es una constante en la narrativa de Martini, en cuya obra se reiteran tópicos de Adolfo Bioy Casares. Un amigo me señaló que Martini era el último modernista. Quizá la aseveración sea un tanto fuerte, pero lo cierto es que su obra se asienta sobre una fuerte afirmación del valor de la literatura. En Cine, el protagonista, Sívori, un director de cine, debe armar un guión sobre el peronismo. Aunque no le interesa porque cree que no se puede agregar nada, ni siquiera saber quién es Eva, mucho menos su biografía”. Eva Perón aparece en otras novelas de Martini.
Se trata de un libro sobre el tiempo y la forma en la que se puede leer el pasado. El profesor de cine europeo prefiere hacer “una película sobre el tiempo”. O sea construir una Eva, alejada del museo, “reinterpretada por otra época, no la suya sino esta”. En el presente el autor se debate entre dos enigmáticas mujeres traductoras: Pina Bosch, la mujer de enfrente y Carola Holms, la “otra” mujer. El guión se sostiene en el diálogo entre las actrices Eva Duarte y Rita Molina,. Toda la acción, transcurre la víspera de la liberación del general el 17 de octubre de 1945, en un departamento de la calle Posadas.
El texto escenifica la reconstrucción de una época y una subjetividad a través de una mirada doble. “Sívori es un hombre que debe mirar “ ya que las figuras del pasado están íntimamente relacionadas con las figuras del presente. Los desdoblamientos son infinitos: remiten a Mulholland Drive de David Lynch. La narración incluye una vasta, por momentos excesiva, enciclopedia.
El cineasta pasea por una ciudad donde las estatuas reproducen a la naturaleza, Calles y plazas son objeto de lecturas históricas. El escritor es el paseante que arma otra ciudad a partir de las alusiones. Al mismo tiempo es el mirón, , el espectador que se apropia de las vida ajenas . Los “escenas no incluidas”, caen fuera de la novela y sirven para retomar líneas no concluidas.
Martini escribe una novela sobre la mirada, que sostiene una palabra vacilante que intenta construir una historia. El epígrafe de Stendhal proclama “¿Cuál es el ojo que puede verse a sí mismo?”. Martini se pronuncia por una literatura de resistencia: “si no borran del mapa de una vez y para siempre a la creación artística, a la poesía, a la ética, a una literatura que seguirá escribiendo en definitiva no contra el mercado sino a favor de ella misma, entonces esa resistencia sin concesiones podría en cualquier momento imaginarse y constituirse, nuevamente y otra vez, en utopía”.


Carmen Perilli

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